Noah's lesson: our sons are sons of God first, before they find their place in our arms as moms.
One of Noah's most profound lessons is the undeniable truth that our sons are sons of God first, long before they find their place in our arms as mothers. This truth resonated deeply within me when I welcomed Samuel, my rainbow baby, into my embrace. After a journey of pain and hope, his arrival was a powerful reminder of divine grace.
That's why I wanted to infuse every corner of Samuel's nursery with this lesson. This beautiful wall art isn't just decor; it's a daily testament to our children's lives as the blessings they truly are. Each time I gaze upon this artwork, I'm reminded of the journey that brought us here and the radiant light that Samuel brought into our lives.
Now, I'm thrilled to share this treasure with you, beautiful souls of motherhood. May this piece of art bring the same sense of gratitude and joy to your homes that Samuel has brought to mine.
___________________________________________________________________________
Una de las lecciones más grandes que nos dejó Noah es lo real que es el hecho de que nuestros hijos son hijos de Dios en primer lugar, antes de llegar a nuestros brazos como mamás. Esta verdad resonó profundamente en mi corazón cuando recibí a Samuel, mi bebé arcoíris, en mis brazos. Después de un camino de dolor y esperanza, su llegada fue un recordatorio poderoso de la gracia divina.
Es por eso que quise impregnar cada rincón de la habitación de Samuel con esta lección. Este hermoso cuadro no solo es una decoración, sino un testimonio diario de la vida de nuestros hijos como las bendiciones que son. Cada vez que lo miro, recuerdo el viaje que nos llevó hasta aquí y la luz que Samu ha traido a nuestras vidas.
Ahora, estoy emocionada de compartir este tesoro con ustedes. Que esta pieza de arte pueda traer la misma sensación de gratitud y alegría a sus hogares que Samuel ha traído al nuestro.
